La denuncia  -y demostración- de la OCU sobre las escandalosas estafas de las SIG (empresas que se ocupan del reciclaje de los electrodomésticos y electrónica) ha levantado ampollas. Pero antes de entrar en el tema, voy a hacer una recapitulación del desarrollo de este asunto del reciclaje.
Hace seis años (Agosto de 2.005) se inició en España, siguiendo la Directiva Europea, el reciclaje de los residuos de los aparatos electrodomésticos y electrónicos al acabar su vida útil.
Recordemos (ver mis artículos anteriores sobre este tema) que cada vez que compramos un electrodoméstico pagamos una tasa para cubrir el coste del reciclaje del aparato cuando llegue el momento de prescindir de él.
A raíz del Real Decreto 2.008/2005, se obligaba a los fabricantes o importadores de los aparatos a que los reciclaran ECOLOGICAMENTE al final de su vida.  Para compensar el coste, se adelantaba la tasa, que cobraba directamente el fabricante del aparato en cuestión. Ese cobro lo hacía el fabricante incluyendo el valor de la tasa oficial correspondiente a cada tipo de aparato en las facturas de venta a los Distribuidores, quienes se encargaban de cobrarlo en el precio final al usuario comprador del aparato.
Queda claro que el fabricante (o en su caso, el importador) de los aparatos, asumía la responsabilidad de efectuar el reciclado ecológico siguiendo la normativa, ya que para eso era compensado económicamente.


Pero resulta que cada fabricante no iba a crear un departamento en su empresa para que hiciera o subcontratara el trabajo. Ese cometido llevó a organizar por parte de los fabricantes, empresas SIG (Sistemas Integrales de Gestión) con objeto de “vigilar” el proceso de reciclaje, controlar costes y  resultados y, si fuera posible, sacar tajada del asunto.
Esas empresas SIG, según dicen, “sin ánimo de lucro”, son las encargadas de reciclar TODOS los electrodomésticos de sus marcas propias, pues para eso han cobrado la tasa.
Cada año, las tasas del reciclaje de electrodomésticos suponen un coste para el consumidor de 300 millones de euros. En seis años, los consumidores que hemos comprado electrodomésticos hemos pagado 1.800 millones de euros que han ido a parar a los bolsillos de los fabricantes/importadores, que a su vez, deberán costear el reciclaje a las propias SIG, pues estas empresas han sido establecidas precisamente por los mismos fabricantes para reciclar sus propias marcas.
Pero sucede, como ha demostrado la OCU y otros entes, como la Fiscalía del Medio Ambiente, que solo se recicla el 20 % de los aparatos viejos. Pero los consumidores hemos pagado por la totalidad de estos aparatos, cuyo coste real de lo reciclado es de 360 millones de euros. La pregunta es ¿Quién se ha quedado con los 1.440 millones de euros de los consumidores? Hay dos respuestas posibles:
  • Las SIG
  • Los Fabricantes/importadores
En mi próximo artículo os transcribiré el texto del intento de justificación de ECOTIC, y mis comentarios sobre cada uno de los puntos oscuros o falsos.