El Parlamento Europeo aprobó, el pasado mes de Junio, la nueva Etiqueta Energética de los electrodomésticos, que incluye oficialmente las nuevas categorías A+, A++ y A+++, en las lavadoras, lavasecadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, congeladores, hornos y aire acondicionado. 
 
La puesta en marcha de esta nueva normativa será obligatoria en Junio de 2.011, un año después de su publicación.
 
La actual clasificación energética de los electrodomésticos fue aprobada también por el Parlamento Europeo en 1.994, basándose en los consumos energéticos de los aparatos de los años 80, llamando clase energética A a los más eficientes y la as letras B, C, D, E, F y G, como las siguientes en eficiencia. Eran pues siete categorías desde
la A (más eficiente) a la G (menos eficiente).
 
Pero la constante evolución a la baja de los consumos de agua y energía eléctrica de los aparatos dejó corta la clasificación de siete letras. Desde hace años se hablaba ya de clasificaciones A+ y A++.
 
Con la decisión de ampliar tales categorías se cumplen dos objetivos:

  • Poner al día y dar nombre a las nuevas categorías aparecidas (y por aparecer)
  • Fomentar e incentivar la investigación de los fabricantes en la búsqueda de más eficiencia en los aparatos.
Mediante estas etiquetas energéticas, que obligatoriamente deben ir con cada aparato, siendo obligatorio también que en las exposiciones de aparatos de los distribuidores estén expuestas, los fabricantes están obligados a facilitar las informaciones, en cada aparato, de los siguientes datos: Consumo energético anual, consumo de agua, clasificación de la eficacia de lavado, centrifugado y secado, nivel de ruido, de calor, etc, según el aparato.
 
Otra novedad que se aporta con esta nueva normativa es que siempre se mantendrán las siete clasificaciones, de tal manera que si un aparato merece A+, se anulará de su etiqueta energética la última letra, la G. Si el nuevo aparato merece la clasificación A++, se eliminarán las letras F y G, y si es de A+++, se eliminarán de la etiquerta las tres últimas letras E, F y G.
 
 De esta manera, la etiqueta energética de cada aparato tendrá siempre siete letras, recortando por la cola las últimas clasificaciones en función del número de “+” que se den en el nuevo aparato.
La nueva normativa obliga a que en toda publicidad de electrodomésticos  en la que se de información a los consumidores sobre eficiencia energética y precios, se haga referencia a la etiqueta energética del aparato, para que el consumidor tenga toda la información de los consumos y pueda comparar precios en igualdad de condiciones.
 
Cuando vayas a comprar un electrodoméstico, revisa con cuidado la tarjeta energética. Procura que el aparato que compres sea como mínimo A, y preferiblemente la más alta eficiencia que exista en ese aparato. Ten en cuenta que todavía no hay aparatos A+++, pero en un futuro muy próximo, los habrá.
 
Además de la clase energética, si es lavadora o lavavajillas, procura que sea también de clasificación A en la eficiencia del lavado, y en el lavavajillas, también de eficiencia A en el secado.