Es creencia de muchos que el aire acondicionado enfría el ambiente, lo que nos facilita el confort. Esto es cierto, pero no hay que olvidar que gran parte de este confort nos lo facilita no solo el descenso de la temperatura ambiente, sino que, en zonas húmedas, es muy importante también una acción secundaria del funcionamiento del aparato: la reducción de la humedad ambiental.
 
El cuerpo humano cede continuamente calor al ambiente. La forma principal es la sudoración que se produce siempre, con más o menos manifestaciones apreciables. Es la forma de rebajar la temperatura del cuerpo: el sudor es la eliminación de agua a través de las glándulas sudoríparas de la piel con una función única e importantísima pues el sudor se evapora y para hacerlo necesita calor, que lo extrae de la superficie de la piel, refrigerándola. Es el mismo efecto físico que se produce en los tradicionales botijos, que se hacen con arcilla porosa, que deja transpirar el agua al exterior, donde se evapora absorbiendo el calor de la superficie del botijo con lo que se enfría el agua de su interior.
 
Volvamos a la humedad relativa del aire. Relativa porque a más temperatura, más cantidad de vapor de agua puede absorber el aire.  Por esta razón, con el calor se va elevando la cantidad de vapor de agua hasta un máximo admisible, que le llamamos el 100 %, o sea, ya no admite más humedad. Pues bien, nuestro cuerpo va cediendo calor al ambiente, refrigerándose como he dicho hasta que la humedad ambiente se va elevando y cada vez cuesta más la evaporación del sudor, produciendo bochorno.
 
Hay otro fenómeno físico que voy a  describir para la posterior explicación sobre el aire acondicionado, y es que en un ambiente húmedo, si introducimos un objeto frío, la humedad se condensa sobre el objeto. Por ejemplo: los que usamos gafas sabemos que si estamos en el exterior con temperatura fría, y entramos en un lugar caliente, se deposita humedad en los cristales (fríos) de las gafas, “entelándolos».
 
Volviendo al aparato de aire acondicionado, en la unidad interior o evaporador, es donde se produce el frío, y es sobre este evaporador donde se va depositando la humedad, condensándose en forma de agua, que debe ser llevada al exterior por un tubo de la instalación.
 
Este efecto del aire acondicionado de rebajar la humedad ambiente hasta un punto entre el 40 y el 60 %, es fundamental para la sensación de confort, pues permite la evaporación del sudor al quedar lejos del punto de saturación, refrigerándose de esta manera el cuerpo. Este fenómeno va ligado a la temperatura ideal para el funcionamiento lógico –y económico- del aire acondicionado.
 
Baste saber, como resumen, que gracias a la reducción del agua contenida en el ambiente, por condensación en el evaporador del aparato, se logra un grado importante de confort y permite ahorrar energía al no ser necesario rebajar tanto la temperatura de funcionamiento.