Con el “efecto botijo” ¿Se puede enfriar una casa sin aire acondicionado?

Me ha llamado la atención un curioso artículo publicado por EVA SAN MARTIN en la revista EROSKI CONSUMER que dice Aprovechar el mecanismo del botijo para refrescar una vivienda es eficiente y 10 veces más económico que el aire acondicionado”. Según la autora, el milenario botijo, o mejor dicho, su “mecanismo” para enfriar el agua puede aplicarse en las viviendas en sustitución del acondicionador de aire, precisando mucho menos gastos de instalación y de consumo energético que el acondicionador habitual.

Vamos a analizar y valorar las informaciones de la autora para verificar si es posible aprovechar las cualidades del botijo y aplicarlas en refrescar nuestra vivienda con un coste de consumo 10 veces inferior al de un acondicionador de aire.

Veamos como siempre la Tabla de Contenidos de este artículo:

1.-  El botijo logra rebajar la temperatura del agua que contiene

2.- ¿Cuáles son las mejores condiciones para que funcionen los botijos?

3.- ¿Cómo sería una “casa botijo”?

4.- A nivel práctico…¿Es válido el “invento”?

Como es habitual, los textos copiados irán “entrecomillados” y en letra cursiva, y los textos propios irán en letra normal. Vamos a ello.

 

1.- El botijo logra rebajar la temperatura del agua que contiene

Dice la autora:

El botijo es alta tecnología. Esta vasija de barro se utiliza desde hace siglos para refrescar el agua. Y, a pesar de la expresión «eres más simple que el mecanismo de un botijo», en realidad el proceso por el cual un botijo, o cualquier recipiente de cerámica porosa, enfrían el agua que hay en su interior es más que curioso. Y resulta tan práctico que este sistema es utilizado en varios aparatos y hasta por arquitectos para enfriar la casa sin gastar dinero. A continuación, en este artículo explicamos varias aplicaciones domésticas del llamado «efecto botijo».

El botijo logra descender la temperatura del agua hasta 10 ºC gracias a la evaporación, un sistema que también usan los arquitectos para enfriar las casas que idean

Elmodus operandi del botijo consiste en que el agua se filtra por los poros de la arcilla y en contacto con el ambiente exterior se evapora, enfriando la que queda dentro. El secreto mejor guardado del botijo y la clave que logra mantener frío el líquido está, entonces, en la evaporación del agua.”

Yo no daría una explicación tan simple sobre el “mecanismo del botijo”, sino la que escribía  hace unos días en este mismo blog, en mi artículo titulado Llega el verano: hay que preparar el ventilador, el abanico, el botijo, y la cantimplora” donde entre otras informaciones explicaba así el funcionamiento del botijo:

“Hay otra curiosa y sabia aplicación de este efecto físico de la evaporación, que la sabiduría popular ha sabido aplica

desde tiempo inmemorial: el botijo.

 Construido con barro cocido poroso, su funcionamiento se basa en que el agua del interior se va filtrando hacia la superficie exterior, desde donde se evapora el agua exudada, requiriendo para ello importantes cantidades de calor que “absorbe” de la superficie  interior del botijoenfriando el agua.”

 Así explicaba yo en aquel artículo el funcionamiento del botijo, tan útil para la humanidad durante siglos y que fue imprescindible hasta la llegada del ventilador…o del FRIGORÍFICO. Pero aún así, el botijo sigue haciendo su función en el campo, donde los trabajadores de la tierra, con el calor necesitan beber agua fresca.”

2.- ¿Cuáles son las mejores condiciones para que funcionen los botijos?

Continúa la autora del artículo:

“El mecanismo del botijo es más eficiente en condiciones favorables, es decir, cuando la humedad del ambiente no es demasiado alta ni la humedad del entorno es excesiva. Y cuando todo funciona a pleno rendimiento (a unos 30 ºC de temperatura y una humedad relativa del 40 %), la temperatura del agua puede llegar a reducirse hasta unos 10 ºC en poco más de una hora. Eso sí, no lo barnice ni pinte, porque perderá su porosidad y, con ella, su potencial refrigerante”

3.- ¿Cómo sería una “casa botijo”?

La autora sigue explicando que

“Las escuelas de Arquitectura de las universidades de Sevilla, Málaga y Granada y la Politécnica Superior de Jaén han diseñado una vivienda, que han bautizado como Patio 2.12, que se fundamenta en un «efecto botijo» para conseguir la autorregulación de la temperatura de sus habitaciones.

Para mantener una adecuada aclimatación, sus creadores han simulado el efecto de un botijo en cada cuarto. Han recubierto la pared exterior con una cámara de aire cerámica, que tiene unos canales en su interior que produce un riego por goteo. La cerámica, cuando se humedece y transpira, enfría mucho la fachada, dice Rodrigo Morillo-Velarde, gestor de este proyecto…”

4.- A nivel práctico…¿Es válido el “invento”?

Encuentro muy curioso el experimento de los arquitectos y de las universidades, pero su aplicación práctica no es válida. Como curiosidad y experimento, pasa. Pero a nadie en su sano juicio se le ocurriría modificar las paredes de su casa y de otros edificios para ahorrar un 10 % de temperatura en verano. Es mucho más económico, pirático e inmediato poner un ventilados o un aire acondicionado, que por alrededor de 1.000 € te enfría de verdad, no de forma limitadísima como el rendimiento del botijo y la modificación de las paredes de la casa. . Para mí, no deja de ser una curiosidad técnica pero sin posibilidad de aplicación en la práctica.

Dejemos el ancestral botijo para la gente que trabaja en el campo y no tiene medios para enfriar el agua y para los abuelos que se criaron en el campo, con sus botijos. No creo que esta curiosidad sea útil en el siglo XXI…Ni para enfriar el agua ni para reformar las paredes de nuestras casas. Y digo todo eso a pesar de recordar con añoranza mi primer encuentro con un botijo, colgado de una rama del un roble por mi tío Paco en el cortijo del Albercón, en Lanjarón (Granada) cuando visité mi añorado pueblo de nacimiento con 10 años de edad…El agua del botijo sabía a gloria…

Con añoranza doy por terminado por hoy este artículo, que se ha publicado el día 30 de Julio de 2.018. Os espero de nuevo el próximo lunes, como cada semana, que pondréis leer mi siguiente articulo. Hasta entonces, buenas vacaciones