A lo largo de nuestras vidas pasamos muchas horas dentro del coche. Para ir al trabajo, a la escuela, de viaje, en los atascos, etc. Y, aunque para algunas personas el coche puede llegar a ser su segunda casa, muchas veces no la tratamos como tal, en cuanto a limpieza se refiere. Incluso, en casos extremos, la suciedad podría afectar a nuestra salud.

En un estudio que hizo carRentals, una agencia de alquiler de vehículos, se encontró que pueden llegar a existir unas 700 cepas de bacterias dentro de nuestro coche. Los automóviles son espacios cerrados donde, aparte de utilizarlos para nuestra movilidad, también los destinamos a diferentes actividades que podrían suponer un caldo de cultivo para los gérmenes.

Comer dentro del coche es uno de los peores hábitos. No solo porque los restos de comida que dejamos dentro del vehículo ayudan a aumentar el número de bacterias, sino porque tanto lo que ingerimos como nuestro sistema inmunológico se pueden ver contagiados. Otro hábito malo es dejar el coche aparcado en el sol con las ventanas bajadas que también puede facilitar la aparición de gérmenes.

El volante es la parte donde se acumulan más bacterias de un coche (Drazen_ / Getty)

Los resultados del estudio decían que por mil conductores entrevistados, el 32 % limpiaban el coche una vez al año, y un 12 % nunca. La limpieza de nuestros coches es muy importante, y aunque la mayoría de gente le da mucho más valor a la parte exterior, el estudio afirmó que el volante es la parte más sucia e infectada de todo el vehículo, dos veces más sucia que los botones de un ascensor y cuatro veces más que un retrete público.

Al volante le siguen el posavasos, el cinturón de seguridad, la manija interior de las puertas, la palanca de cambios y la perilla del volumen. Es muy importante mantener limpio el interior del coche porque las bacterias, al estar en un espacio cerrado, crecen y se propagan rápidamente.

Consejo

Resulta muy aconsejable lavarnos las manos después de conducir, sobre todo si hemos parado a repostar

Más allá de lo rigurosos que seamos con la limpieza de nuestros vehículos, hay sitios donde es especialmente alto el riesgo de infección. Las gasolineras son un pozo de bacterias. Basta la comparación siguiente: el estudio, que calcula los gérmenes en unidades formadora de colonias (UCF) por centímetro cuadrado, determinaba que en el volante se registraban un promedio de 629 UCF, mientras que en las gasolineras llegaban a los 2 millones, tanto en los botones del dispensador como en las asas.

Todas las bacterias no son peligrosas pero hay algunas como los estafilococos, que pueden causar infecciones de piel e intoxicaciones por alimentos. Es por eso que, de la misma forma que nos lavamos las manos después de ir al baño, tal vez sería aconsejable hacerlo también después de conducir, especialmente si hemos parado a repostar.

Es importante lavarse las manos tras repostar ya que en las gasolineras se concentran cantidades muy altas de gérmenes (MATJAZ SLANIC / Getty)

Aunque convivimos rodeados de bacterias, el estudio recomienda algunos consejos a la hora de limpiar el coche. En primer lugar, la desinfección de superficies primarias como el volante, la palanca de cambios y las asas de las puertas con una toalla de microfibra.

También es importante cambiar los filtros de aire y desinfectar dentro del respiradero, lavar el interior del coche con champú de tapicería y dejarlo secar con las ventanas abiertas en una zona cálida. Y, por último lavar las alfombrillas y, de vez en cuando, cambiarlas.