Tenía previsto hablaros del Ventilador un día de éstos, por su ayuda inestimable en este tiempo de verano, si no se dispone de aire acondicionado. Pero ayer por la tarde, 5 de Agosto, mientras preparaba el artículo que se ha publicado hoy, tenía la televisión puesta y se oía el programa de Tele 5 “Pasa Palabra”. Es ese programa donde te dan una definición y tienes que adivinar el nombre.

Le preguntan a el (o la) concursante: “empieza por V, y tiene unas aspas que al girar rebajan la temperatura del aire”. Se trataba, lógicamente, del ventilador. Pero en la descripción que se hizo del aparato se cometió un error muy grave: El ventilador no enfría el aire, como se afirmó en la pregunta.


El aireacondicionado sí enfría el aire, pero no lo hace así el ventilador. Lo primero que pensé es ¿De dónde habrán sacado esta definición errónea?. Fui inmediatamente al diccionario de la Real Academia (RAE) y busqué su definición “oficial”. Lo que encontré me tranquilizó: “instrumento o aparato que impulsa o remueve el aire en una habitación”. Correcto. La definición errónea o es fruto del desconocimiento del guionista o corresponde a cualquier otro diccionario.

 
Entonces, os preguntaréis, ¿Por qué se nota una sensación de frescor cuando te pones frente a él?. Buena pregunta, que voy a contestar.
 
La defensa contra el calor que tiene el cuerpo humano (y otros animales) es el sudor. Con la sudoración, el sudor se evapora, pero para que esto suceda, como es un cambio de estado físico del agua, que pasa de líquido a gas (vapor), necesita calor, que lo coge de la epidermis, refrigerándola. Cada gramo de agua necesita, para evaporarse, 2,219 KJulios de calor (0,53  KCalorías).
Cuanta más temperatura haya, más se suda, y más vapor de agua puede contener el aire.  (por eso se llama humedad «relativa» del aire).Pero llega un momento que el aire que hay alrededor del cuerpo se satura de humedad y ya no permite continuar con la evaporación del sudor. La forma de continuar la evaporación –y la refrigeración del cuerpo– es renovar ese aire cargado de humedad por otro nuevo, con menos humedad o no saturado, mediante una ventilación eficaz.
 
Cualquier método de ventilación es bueno para conseguir la renovación del aire. Hasta la aparición del ventilador, solo se utilizaba el abanico, que con el movimiento, produce corrientes de aire, lo renueva, y así se consigue que se pueda seguir evaporando el sudor. El origen del abanico viene de los egipcios por un lado y de las antiguas China y Japón. A España llegó en el siglo XV, traído por los portugueses desde el extremo oriente.
 
El ventilador fue inventado en 1882 por el estadounidense Shuyler S. Wheeler. De entones a hoy, con diversas formas, sigue ayudándonos a refrigerar el cuerpo para poder soportar el calor. Los tamaños son desde el pequeño de pilas, hasta los de techo, que ventilan completamente una habitación.
 
Hay otra curiosa y sabia aplicación de este efecto físico de la evaporación, que la sabiduría popular ha sabido aplicar desde tiempo inmemorial: el botijo.
 
Construido con barro cocido poroso, su funcionamiento se basa en que el agua del interior se va filtrando hacia la superficie exterior, desde donde se evapora el agua exudada, requiriendo para ello importantes cantidades de calor que “absorbe” de la superficie e interior del botijo, enfriando el agua.
 
Y ya que estamos metidos en harina, voy a explicaros otro fenómeno similar que quizá muchos de vosotros hayáis utilizado en vuestras excursiones por el campo y la montaña: la cantimplora.
 
Es un recipiente de aluminio, para contener agua. Está envuelto en toda su superficie de fieltro (tela gruesa y porosa), que se moja con agua. Con el calor, el agua que hemos echado en el fieltro se evapora, para lo cual tiene que extraer el calor que necesita del agua de la cantimplora.
 
Vemos que el Ventilador, el Abanico, el Botijo y la Cantimplora se basan en el efecto físico de la evaporación del agua, extrayendo calor para convertirse en vapor. Pero solo uno de éllos, el Ventilador, es un electrodoméstico. Perdonadme la licencia, pero creo que los que no conocíais la base de su funcionamiento os habrá resultado interesante y curiosa la explicación…
Un comentario en «El ventilador, el abanico, el botijo y la cantimplora»

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