MASICAL es un sistema que mediante imanes permanentes de fácil montaje casero, neutralizan en buena parte los efectos nocivos de la cal del agua de nuestros hogares. Teniendo en cuanta que gran parte de España tiene aguas duras y muy duras (con muyo contenido en sales cálcicas y magnéticas), la importancia de rebajar la dureza es fundamental y muy beneficiosa para la vida útil de los aparatos y de los objetos a lavar (ropa, vajilla…). Hoy analizaremos los efectos de la cal y los beneficios que pueden aportar estos imanes instalados en nuestras casas.
Tabla de contenidos de este artículo.
- Historia y desarrollo de las lavadoras
- Cómo funcionan las lavadoras y breve historia de su desarrollo.
- Influencia del MASICAL en los lavavajillas
- ¿Cómo ayuda MASICAL en los actuales lavavajillas?
- ¿Qué hace MASICAL en las calderas de agua caliente sanitaria, circuitos de tuberías, grifos, duchas…?
Vamos a profundizar en esta tabla de contenidos
- Historia y desarrollo de las lavadoras
Vamos a analizar la influencia del MASICAL en las lavadoras, pero antes debemos conocer la historia y desarrollo de estos electrodomésticos para comprender la influencia de la reducción de la cal del agua por los imanes magnéticos de MASICAL.
Para ello debo hacer un breve repaso histórico del desarrollo de las lavadoras para ver los beneficios y mejoras actuales tanto de los aparatos como de los detergentes y otros productos cómo beneficiarnos de tales avances. Comenzaré pues con una explicación que servirá de base para que comprendamos los adelantos y más adelante y como final, detallaré los beneficios que aporta la eliminación de la cal en el agua.
- Cómo funcionan las lavadoras y breve historia de su desarrollo.
Desde hace unos años (1.994) la Unión Europea (en aquel entonces “Comunidad Europea”) puso en marcha el plan de reducción de consumo en los electrodomésticos y la escala de Eficiencia Energética que iba desde la lavadora más eficiente, a la que correspondía la letra A hasta la menos eficiente, con la letra G, como la menos eficiente. En aquel momento la Eficiencia Energética de las lavadoras fabricadas entonces era de tipo medio quedando entre la D y la E, siendo más eficiente hacia la letra A y menos eficientes hacia la letra G.
El objetivo era ahorrar energía y mejorar la calidad del lavado, del centrifugado, reducción de costes eléctricos, de agua, detergentes, suavizantes, etc. Las lavadoras hasta entonces lavaban con temperaturas del agua de hasta 90 ºC, pues cuanta más temperatura del agua en el lavado, mejores resultados de Eficacia del lavado se obtenía, La escala de Eficacia en el Lavado era, de mayor a menor, de la A la D.
Las lavadoras en aquel tiempo llegaban a consumir en un ciclo total de lavado hasta 90 litros de agua, distribuidos en 5 entradas: prelavado, lavado, y tres aclarados.
Había que calentar el agua del lavado, entre 15 y 18 litros de agua en esa fase, que es la única con la necesidad de calentar el agua.
La energía eléctrica consumida por las lavadoras la ocasionaba el movimiento del motor en los lavados y centrifugados, el de la bomba de vaciado, y el casi inapreciable de válvulas, relés y otros elementos menores. Pero el mayor consumo, con muchísima diferencia, era la electricidad consumida por el calefactor, de unos 2.000 vatios de potencia, para calentar los entre 15 y 18 litros de agua del ciclo de lavado.
En aquella época, la calcificación de partes de la lavadora y de la ropa en zonas de aguas duras llegaba a producir muchos problemas en la zona de rodamientos del tambor, originándose importantes y costosas avenías. Para rebajar esa dureza del agua, se utilizaba el CALGON (exametafosfato trisódico), que rebaja de manera efectiva la dureza del agua, pero a un coste muy elevado del producto.
La ropa también salía afectada ya que si no se reducía la dureza la ropa quedaba “acartonada” y la suciedad no se eliminaba del todo.
Queda claro que lógicamente cuanta más cantidad de agua había que calentar, mayor consumo de energía eléctrica. Y cuanta más temperatura se alcanzaba en el lavado, más precipitaciones de la cal por lavado.
Otro efecto negativo de la dureza del agua era la necesidad de consumir más detergente, pues como es sabido, cuánto más blanda sea el agua, menos detergente se necesita, y al contrario.
Recordemos también que en aquella época los detergentes eran en su mayoría en polvo. A eso añadamos la manía que tenemos en España de “echarle un poco más” de la cantidad recomendada por el fabricante, pensando que así lavaría mejor. Ese exceso de detergente en polvo, más las precipitaciones calcáreas por la dureza del agua y por la elevada temperatura del agua llevaban a formar depósitos sólidos en la cuba de la lavadora y en la cruz del eje del tambor que con muy elevada frecuencia terminaba por afectar a los retenes del agua de la caja de rodamientos del eje del tambor, produciendo un enorme ruido en el centrifugado y finalmente rompiéndose el eje del tambor, con el consiguiente destrozo en el interior de la cuba cuya reparación era costosísima y que actualmente se hace en pocas ocasiones, pues cuesta casi tanto como una nueva lavadora.
El reto de la Unión Europea era impulsar mejoras en los electrodomésticos para rebajar su consumo y ganar no solo en la Eficiencia Energética sino también en la calidad del lavado y a ser posible, la rebaja de los costes de los aparatos, así como de su peso.
Todo eso se consiguió en solo 16 años, logrando que la mayoría de lavadoras no solo llegaran a tener la Eficiencia Energética máxima, en aquel momento la A, sino que superaron ese objetivo con creces. Tanto fue así, que en 2.010 hubo que ampliar la escala de Eficiencia Energética con tres nuevos escalones: el A+, el A++ y el A+++. Se conservaron los anteriores siete escalones puesto que se eliminaron los tres últimos, los E, F y G, ampliamente superados ya por todos los fabricantes.
En el futuro hay en marcha un nuevo reto: el 20-20, o sea, que en el año 2.020 se consiga un 20 % más de ahorro (Eficiencia Energética) sobre la clase A+++.
Otro desafío que se lanzó a los fabricantes era el de ampliar la capacidad de carga de la lavadora, entonces de 5 kilos de capacidad de ropa seca, pero metida en las mismas dimensiones de las lavadoras, con un ancho máximo de mueble de 60 cms. y una profundidad de 55 cms. Eso también se ha conseguido con los motores de corriente continua, que permiten arrancar a baja velocidad e ir incrementándola despacio hasta alcanzar la máxima en el centrifugado, evitándose las oscilaciones bruscas de antaño, que los motores arrancaban a plena velocidad, y consiguiendo meter en el mismo espacio cubas y tambores mucho más grandes para llegar, como se hace actualmente hasta los 9 kilos de ropa seca (de algodón) de capacidad.
Con los años, todos los desafíos han sido no solo alcanzados, sino superados. Veamos lo que se ha hecho en estos casi 20 años (y 65 años si contamos el tiempo desde el inicio de las lavadoras automáticas, allá por los años 60 en España).
Hemos visto cómo en estos años, principalmente desde 1.994 hasta hoy se han producido muchísimos cambios y avances en las lavadoras y en su entorno de productos.
Los fabricantes de lavadoras se aliaron con los fabricantes de detergentes para mejorar estos últimos con la idea de lavar con menos temperatura, para el ahorro de electricidad, y con menos producto, con el consiguiente ahorro en costes para el usuario. Otro aspecto importante que afecta directamente al proyecto fue la mejora de efectividad de los detergentes, introduciendo enzimas para el mejor lavado de manchas de origen orgánico y de la inclusión en los componentes de los detergentes de elementos llamados potenciadores que retienen parte del calcio y el magnesio en aguas duras y muy duras, evitando que la suciedad se vuelva a re depositar en los tejidos.
Otro aspecto muy interesante es que el exceso de detergente en polvo que no siempre se disolvía, se iba acumulando en la cuba formando unos depósitos más que calcáreos, que también, debidos al detergente no disuelto además de parte de restos de suciedad de la ropa. Todo eso se evita con el uso del detergente líquido, pues siempre se disuelve en el agua en su totalidad y no forma grumos. Por eso es muy aconsejable lavar con detergentes líquidos.
Añadamos a todo ello la reducción de la temperatura del agua del lavado. Antes había llegado a lavarse hasta a 90 ºC, cuando actualmente, con la mejora de los detergentes y una mayor efectividad de los diseños del interior del tambor de las lavadoras, el efecto mecánico de la limpieza de los tejidos es más efectivo. Ambas cosas han permitido rebajar la temperatura del agua en el lavado a unos 40 ºC normalmente y llegar hasta los 60 ºC en casos de mucha o difícil suciedad. Esta reducción de la temperatura junto con una reducción de la mitad del agua necesaria para el lavado, ayudados con la mejora de los detergentes y más efectividad de los movimientos mecánicos y de frotamiento por las mejoras en el tambor, han llevado a conseguir esas bajas temperaturas de lavado que no solo reducen sensiblemente el coste de la energía eléctrica consumida, sino que, además, a esas bajas temperaturas la precipitación de la cal es menor que a elevadas temperaturas.
Lógicamente hay lavadoras funcionando que tienen más de 15 años, por lo que no disponen de los mejores efectos mecánicos del bombo, pero sí de todo lo demás:
Resumiendo: en los últimos años se ha ganado en
1.- Mejor acción mecánica del lavado.
2.- Detergentes más efectivos. Se necesita menos cantidad de detergente.
3.- Mejor calidad de lavado. Actualmente todas las lavadoras, obligatoriamente deben tener la categoría A de Eficacia del Lavado, que es la máxima.
4.- Menor temperatura de lavado.
Pasemos al siguiente apartado:
- Influencia del MASICAL en las lavadoras
La acción de MASICAL reduciendo los efectos de la dureza del agua, aporta los siguientes beneficios:
- a) Se necesita menos detergente. Ahorro de producto
- b) No precisa usar productos químicos descalcificadores (CALGÓN). Ahorro de esos caros aditivos.
- c) Puede lavarse con agua a 40 ºC normalmente. Ahorro en energía eléctrica.
- d) Reduce los efectos negativos de la cal. Evita incrustaciones de cal y costosas reparaciones.
- e) Mejora el conjunto de la acción de lavado. La lavadora conseguirá la máxima calidad de lavado.
- f) Alarga la vida de la lavadora.
- Influencia del MASICAL en los lavavajillas
Como en el caso de las lavadoras, y en las mismas fechas, la Unión Europea incluyó los lavavajillas en la escalada de Eficiencia Energética de los electrodomésticos, por lo que los lavavajillas están sometidos a las mismas escalas de Eficiencia Energética y las demás exigencias para que paralelamente a las lavadoras se consiguiera alcanzar la misma Eficiencia Energética.
También en este caso no solo se mejoraron los aspectos técnicos, programas, efectividad de los rociadores, etc., sino que también los fabricantes de detergentes tuvieron su tarea mejorando el contenido y eficacia de estos. También los sistemas electrónicos han permitido mejores y más fáciles controles en los diferentes programas de lavado de la vajilla.
En este caso el ahorro energético se debía conseguir también en el calentamiento del agua. Pero al contrario de las lavadoras, en el lavavajillas es imprescindible que las temperaturas de lavado y de secado se mantengan muy altas, por lo que en ese punto no se iba a mejorar mucho.
La forma de recudir el consumo de energía era pues bajar la cantidad de agua en el lavado y el aclarado caliente. Aprovechando las ventajas y mejoras en los aspersores y en la bomba de impulsión, se rebajó la cantidad de agua en todos los ciclos. Antes de 1.994, año de partida del desafío europeo para mejorar la Eficiencia Energética, se consumía alrededor de 40 litros de agua en un ciclo completo de lavado, (prelavado, lavado, aclarado frío y aclarado caliente). Actualmente esa cantidad de 40 litros se ha reducido a 10. Litros en el total del lavado, con lo que entre el ciclo de lavado y el de aclarado caliente, donde hay que calentar el agua, en cada uno de estos dos ciclos se consumen menos de 5 litros de agua donde antes se gastaban casi 20. Esa ha sido una de las grandes aportaciones en la mejora energética de los lavavajillas.
La otra gran aportación ha sido la mejora de los detergentes, tanto líquidos como en pastilla (FINISH) o en bolsita (FAIRY). Este último formato, de pastilla o bien de bolsita, se ha llamado “tres en uno”, pues contienen en su composición los siguientes elementos:
- a) Compensadores de dureza del agua
- b) Detergente para el ciclo de lavado
- c) Abrillantador para el aclarado y secado final
Los efectos de la cal en los lavavajillas son desastrosos, pues si no se corrige, los vasos especialmente quedan blancos de cal y todo el interior del lavavajillas, de acero inoxidable, también queda blanco. Por esa razón, todos los lavavajillas vendidos en España llevan un descalcificador que reduce muy efectivamente la cal en los ciclos donde se calienta el agua.
Ese descalcificador va unido en un bloque con el depósito de la sal, que es la que interviene en la descalcificación del agua. Se trata de un descalcificador que contiene resinas sintéticas que al pasar el agua calcárea por ellas, deja los iones calcio en las resinas y toma los iones sodio de la sal, por lo que a estos descalcificadores se les llama “intercambiadores iónicos” produciendo una efectiva eliminación de la cal, Para regenerar las resinas de cara al próximo lavado, en el ciclo final del secado de la vajilla por calentamiento, se hace pasar agua salada por el depósito de resinas para regenerarlas (volver a sustituir los iones sodio en lugar de los de calcio, que van al desagüe) con lo que el descalcificador está preparado para descalcificar el agua de la siguiente entrada del futuro ciclo de lavado.
El inconveniente del sistema es que hay que estar atentos al consumo de sal, reponiéndola periódicamente llenando el correspondiente depósito, y el coste de dicha sal, hinchado por las marcas suministradoras con la excusa de virtudes inexistentes o sin influencia práctica sobre la sal común.
Veamos las clasificaciones de la dureza del agua en función de los grados hidrotimétricos franceses (ºHf) que es el sistema como se mide normalmente en España
- Aguas BLANDAS, hasta 1,7 ºHf
- Aguas LEVEMENTE DURAS, hasta 6 ºHf
- Aguas MODERADAMENTE DURAS, hasta 12 ºHf
- Aguas DURAS, hasta 18 ºHf
- Aguas MUY DURAS, por encima de 18 ºHf
Hay muchas zonas de España (más de la mitad del territorio) donde el agua es MUY DURA. Pero si optamos por las pastillas de FINISH o las bolsitas de FAIRY, que se publicitan, y los son, de “TRES EN UNO”, la cosa cambia. Normalmente no se necesita USAR SAL, y con unos resultados perfectos. Si no se ven restos blancos en los vasos ni en el interior de la cuba del lavavajillas significa que la dureza del agua ha sido compensada, especialmente si se aporta la colaboración de MASICAL. La limpieza de la vajilla y los vasos es también perfecta, señal de que el sistema de pastillas funciona también como detergente, y el brillo de la vajilla y cristalería confirma que también actúan como líquido abrillantador. Siendo así, ¿Para qué usar sal, detergente y abrillantador por separado? Todo en uno, y te ahorras el detergente la sal y el abrillantador. En nuestro caso, lo que nos interesa destacar es que con estas prácticas no se necesita poner sal hasta los 40 ºHf para obtener unos resultáramos excelentes.
En este caso no podemos ahorrar mucho en la temperatura del agua para el lavado ni para el secado, pues se necesita agua muy caliente para lavar bien y secar después. Pero como sucedía en el caso de las lavadoras, en 1.994 la Unión Europea decidió también que en el resto de los electrodomésticos debían rebajarse los consumíos de agua y de electricidad para mejorar su Eficiencia Energética, con las mismas escalas explicadas en el caso de las lavadoras.
Como no se puede bajar la temperatura del lavado, como he dicho, debía buscarse el ahorro por el lado del consumo eléctrico, pero manteniendo la temperatura elevada como antes. La solución era conseguir más efectividad en el lavado mejorando los mecanismos y configuración de los aspersores, incrementando la presión del agua mediante la mejora en la bomba de impulsión y la mejor disposición de la vajilla en las cestas, así como los programas, filtros, etc, para conseguir REBAJAR la cantidad de agua usada, principalmente en el lavado y en el aclarado caliente. El empeño de los fabricantes por el desafío de conseguir mayor Eficiencia Energética dio sus frutos. Actualmente los lavavajillas consumen cuatro veces menos agua que hace 20 años, Si en 1.994 necesitaban casi 50 litros de agua para un programa completo, hoy solo se necesita 10 litros en total. Eso significa qiue se ha dividido por cuatro el consumo eléctrico para calentar el agua del lavado y del aclarado caliente. En 1994 la Eficiencia Energética MEDIA de los lavavajillas estaba en las letras D y E. Hoy está entre la A+ y la A+++.
Explicado todo esto y para comprender las ventajas de los actuales lavavajillas sobre los viejos conocidos anteriores, pasemos a explicar estas ventajas:
1.- Mejor acción mecánica del lavado.
2.- Detergentes más efectivos. Se necesita menos cantidad de detergente.
3.- Detergentes mejoradores de la cal del agua.
4.- Mejor calidad de lavado.
5.- Menor consumo de agua y de electricidad en cada lavado.
Pasemos al siguiente czpítulo:
5, ¿Cómo ayuda MASICAL en los actuales lavavajillas?
- a) Al reducir los efectos de la cal se necesita menos detergente. Ahorro de producto
- b) MASICAL reduce los efectos negativos de la cal. Evita incrustaciones de cal en vajilla, cristalería y cuba del aparato así como en los y circuitos de agua y evita costosas reparaciones.
- c) Mejora el conjunto de la acción de lavado, aclarado caliente y secado. El lavavajillas conseguirá la máxima calidad de lavado.
- d) Puede prescindirse de cargar sal en el descalcificador. Ahorro de sal.
- e) Alarga la vida del lavavajillas.
- ¿Que hace MASICAL en las calderas de agua caliente sanitaria, circuitos de tuberías, grifos, duchas…?
Produce los siguientes efectos:
- a) Protege los circuitos de agua caliente sanitaria en nuestra casa evitando incrustaciones debidas a la cal y consigue reblandecer y evacuar los restos de cal acumulados.
- b) Elimina la formación y obturaciones de cal en la salida de los grifos.
- c) Elimina las obturaciones calcáreas en los agujeros de las duchas-teléfono.
- d) Alarga la vida de los electrodomésticos (Lavadora, Lavavajillas, Caldera…)
- e) Retarda el proceso de corrosión en tuberías, al liberarlas de obstrucciones provocadas por la cal.
Este es un artículo patrocinado. Sin embargo, las opiniones sobre este producto son personales y honestas.
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