Después de la anulación por el Gobierno de la última subasta de la luz y de dar diversas informaciones sobre cómo quedará la próxima factura de la electricidad, parece que el Gobierno tiene ya decididos los nuevos procedimientos. Muchos son los cambios, acertados unos, erróneos otros y todos, sin excepción, complejos y confusos. He encontrado un amplio y excelente artículo en la revista CONSUMER de EROSKI, que os recomiendo leer en su totalidad y del que voy a extraer lo más destacado para comentarlo. Se trata del artículo s del nuevo sistema de medición de la electricidad”
“…será sustituido por otro modelo más innovador, que basará su importe en relación a cómo cotiza la electricidad en el mercado mayorista en ese momento. De esta forma, el precio voluntario para el pequeño consumidor (PVCP) sustituye a la antigua tarifa de último recurso (TUR), que afecta a la factura eléctrica de unos 16 millones de consumidores, con una potencia contratada de menos de 10 kilovatios,…
…los usuarios de energía eléctrica ya empezarán a notar las variaciones en la computación de la factura a través del nuevo sistema tarifario. Esta fórmula, en opinión del Ejecutivo, supondrá un ahorro de alrededor del 3% con respecto al anterior modelo, aunque al final todo dependerá de cómo evolucione la cotización del pool de empresas relacionadas con la energía, que es lo que indicará el precio que pagarán los clientes por usar el servicio eléctrico…”
“La puesta en marcha de la nueva factura de la luz supondrá muchas variaciones, tanto en la forma como en el fondo, con respecto a la anterior medición. Si bien en la nueva tarifa los peajes los seguirá regulando el Gobierno como hasta ahora, y los impuestos se mantienen intactos, se implanta un modelo de pago por la generación de energía con criterio de mercado. Es decir, el importe lo fijará en cada momento «el mercado», que es el conjunto de mayoristas en el que se encuentran productoras y comercializadoras de esta energía.”
“De esta forma, los consumidores pagarán la electricidad consumida, no por una tarifa regulada, sino al importe medio del mercado en el periodo de facturación, que casi siempre será diferente, incluso con fuertes oscilaciones en función de las leyes del mercado”Eso significa que el coste del kWh puede variar de hora en hora,..
“Aquellos consumidores que dispongan de contador por horas pagarán cada fracción de consumo al precio exacto que marque el mercado en ese preciso momento, como si de una venta en Bolsa se tratase. Pero en el caso de que no tengan el medidor, habrá un cambio fundamental en la operación, ya que entonces se les aplicará el coste medio del mercado durante el periodo de facturación. De esta forma pueden salir beneficiados o perjudicados en función de su cotización, lo que no se puede prever con anticipación.
Para satisfacer esta demanda de información, la propia web ministerial publicará todos los días los precios. Así, los usuarios podrán (introduciendo sus datos) obtener el gasto por el periodo facturado, así como la evolución de su factura (día a día), para que no tengan que soportar ninguna sorpresa al final de cada mes.
También el operador del mercado eléctrico ofrecerá a los usuarios las cifras a través de su web, donde se reflejarán los costes diarios de la energía negociada, así como otros datos secundarios, como el volumen de contratación, precio horario, etc.”
“A la vez que se han establecido los cambios en la fijación de los precios de la luz, también hay una variación sustancial en el recibo de esta energía. ¿Cómo afectará a los consumidores? Por un lado, se incrementa la parte fija de la factura, lo que es la potencia contratada. Por otra parte, baja la parte variable de la misma, que es la que depende directamente de su consumo.
Esto, en la práctica, significará que los hogares que menos electricidad consuman sufrirán una mayor alza de la cuota fija, reflejándose en un incremento de la factura; mientras que, por el contrario, quienes más utilicen esta energía notarán que la parte fija se diluirá en su recibo, hasta incluso depararles un mayor ahorro. De esta forma, se prima el mayor consumo en detrimento de los hogares que gastan menos todos los meses, a los que les costará más contener sus desembolsos, a pesar del menor uso que den a esta energía.”