En mi último artículo sobre los radiadores NEWATT, donde explicaba y demostraba las mentiras sobre su publicitado BAJO CONSUMO, he encontrado dos interesantes comentarios que me han dejado “ANÓNIMO y Mª PILAR. El primero habla de la obligación de que todos los electrodomésticos, bombillas, coches, etc., lleven la Etiqueta Energética obligatoria. En cambio, sigue diciendo, los emisores térmicos no llevan Etiqueta Energética, y se pregunta, irónicamente ¿por qué será? El segundo comentario es de Mª PILAR, que le da la razón a ANÓNIMO diciendo: “Eso mismo digo yo «Anónimo» no llevan porque no pueden, ya que no hay ahorro”. Pero añade algo que es erróneo: que en la Web que da como ejemplo de honradez y de publicidad correcta, también hay publicidad engañosa. De eso voy a tratar hoy.
Voy a transcribir ambos artículos y comentarlos debidamente, para información de los lectores.
“Anónimo6 de diciembre de 2013 23:31
Cuando un electrodoméstico (u otros aparato -coches, neumáticos…-) consiguen el mismo resultado, pero usando menos energía que los aparatos tradicionales de su misma categoría, en la Unión Europea llevan una etiqueta que lo atestigua y que, ademas, nos informa de cuanto es ese ahorro.
¿Alguien se a fijado en cualquier tienda de electrodomésticos en los frigoríficos? y en las lavadoras? y en las bombillas? y en los «emisores térmicos? ahhhh que estos últimos no la llevan? ¿por qué será?”
Eso mismo digo yo «Anonimo» no llevan por que no peden, ya que no hay ahorro.
En esta pagina hay unos convectores naturales muy majos ( http://www.radialight.es ), a los que les han puesto un termostato electrico y dice la pagina textualmente: «Con una buena programación de las horas del dia y de los dias de la semana se puede ahorrar mucho en la factura de la luz.»
No citan nada mas de supereficiencia energetica ni nada.Para los que esten buscando convectores bonitos arriba dejo la pagina.”
“Los que seguís o consultáis mi Blog habréis leído mis artículos referentes a los engaños de los fabricantes de emisores térmicos, que publicitan estos aparatos como de bajo consumo, sin serlo.
Si el consumo pudiera mejorarse, como ha sucedido en otros electrodomésticos, la Comisión Europea los hubiera incluido en su plan de eficiencia energética, clasificándolos, como el resto de electrodomésticos, con la eficiencia entre la A y la G.
Lo que sucede realmente es que los aparatos de calefacción eléctrica por resistencia, como he dicho muchas veces, tienen una eficiencia del cien por cien, pues toda la energía consumida se transforma íntegramente en calor. Así pues, no puede mejorarse ni empeorarse su eficiencia: es fija. Por ese motivo, no existe la etiqueta energética para estos aparatos, ya que todos son iguales y no podrán mejorar su eficiencia.
La mentira sobre los emisores térmicos de “bajo consumo”, lleva a muchos consumidores a comprarlos hasta que ven la primera factura de la electricidad.
Gracias a que mucha gente conoce ya que es una mentira, y a otros que, modestamente como yo, “clamamos en el desierto” intentando divulgar la verdad, y aconsejando que en el caso de decidirse por calefacción eléctrica, para rebajar el consumo lo único que puede hacerse es controlar mediante un programador en cada aparato los tiempos de funcionamiento y un termostato, también por cada aparato, que regule la temperatura en cada momento.”
“He dicho antes que estos aparatos no pueden llevar la etiqueta energética, pues no puede existir al ser su rendimiento fijo, no mejorable. Pero acabo de leer hoy, 5 de noviembre, una nota informativa en la revista de electrodomésticos Marrón y Blanco, que voy a ir reproduciendo y comentando.
Veamos la nota y los comentarios.
«Los emisores térmicos con niveles de seguridad superiores a los exigidos por la norma europea y que proporcionen máximos niveles de confort, fiabilidad y optimización en el uso de la energía (observad que no dicen nada de eficiencia energética o bajo consumo, como hacen en la publicidad engañosa. Dice Optimización en el uso de la energía, o sea, programador y termostato `para regular tiempo y temperatura se distinguirán, a partir de ahora, con una Marca de Calidad de Emisor Eficaz (aquí ya enseñan la patita: hablan de emisor eficaz, palabra que van a utilizar llamando a los emisores eficientes, y si no, al tiempo) que Aenor otorgará tras someter los equipos a exigentes pruebas de laboratorio. Así, los aparatos que dispongan de este sello garantizarán unos niveles de seguridad superiores a los fijados por las normas europeas, a la vez que ofrecerán los máximos niveles de confort y fiabilidad, así como un uso optimizado de energía. El sello fue presentado el pasado 13 de octubre por la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor), entidad independiente sin ánimo de lucro e internacionalmente reconocida, junto con la Asociación de Fabricantes y Comercializadores de Emisores Térmicos (Afycet), que ha promovido la creación de este certificado de aptitud a la función de los emisores térmicos. “Sólo los emisores térmicos que ya cumplan la normativa europea de seguridad pueden solicitar la Marca de Calidad Emisor Eficaz”, explica Andrés Blázquez, director técnico de certificación de Aenor.»
Para mí está claro lo que persigue la Asociación de Fabricantes y Comercializadores de Emisores Térmicos. Veamos lo que significa la denominación que quieren “colarnos”: eficaz. Según el diccionario de la RAE, eficaz significa que tiene eficacia. Y ¿Qué es eficacia? Pues es “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera“
¡Ahora lo entiendo! La clave está en conseguir lo que se desea o se espera. O sea, seguir confundiendo al consumidor derivando la palabra eficaz a eficiente y de ahí a “energéticamente eficaz o eficiente” hay solo un paso. Y ese paso lo darán, ya lo veréis. Y lo peor de todo es que se van a apoyar en una entidad seria, como es AENOR , a quien van a engañar. ¿Es que no lo ven? Necesitan un certificado (que no existe en ningún país europeo) para continuar con la publicidad engañosa, base de su negocio.”
Aquí se demuestra una vez más que los intereses de algunos fabricantes (y vendedores), no aceptando la realidad de que se les acababa el chollo de sus mentiras, se lanzan por otra vía de supervivencia.